jueves, 4 de abril de 2013

La melodía del afilador


Hará casi cinco años de la última vez que oí la característica melodía aflautada y aguda de la armónica del afilador recorrer las calles de mi barrio, lo vi por la ventana con su artefacto motorizado. Por esas fechas mis reflejos fotográficos aún eran lentos y cuando decidí salir a tomar unas fotos del afilador ya había desaparecido sin dejar rastro.  Recorrí un rato las calles adyacentes pero parecía que se hubiera desvanecido como el humo.

De pequeño recuerdo haber oído esa melodía más a menudo, al menos una vez a la semana se le oía  acercarse. Cuando esto pasaba, algunas veces mi madre dejaba todo lo que estaba haciendo, cogía los cuchillos y tijeras y bajaba rápido para que le afilaran esos enseres, yo no entendía muy bien el porqué de tanta prisa, quizás para no tener que esperar ya que parecía tener mucha clientela o quizás el afilador se alejaba rápido y no se demoraba mucho en una misma calle.

Una vez me tocó a mí bajar y me fascinó la manera de trabajar el metal que tenía el afilador mientras le daba a un pedal y la mola giraba a toda velocidad, de ese proceso me gustaba ver las chispas del metal y observar la bicicleta modificada para la profesión.

Esos recuerdos quedaron enterrados en mi memoria hasta que paseando por otra ciudad vi a uno estacionado en la entrada de un mercado. No era el típico afilador ambulante pero su arte al afilar el metal me trajo de repente esos recuerdos y esta vez sí que le pude hacer la foto.


2 comentarios:

  1. Tengo un sombrero como ese :-P

    En directo ya había gustado. Por cierto Xavi, el afilador es una figura mítica orensana así que aunque sólo sea por proximidad tengo cierta vinculación con ese texto ;-)

    Un abrazo

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  2. Y con el sonido, me trae lejanos recuerdos. :-)

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