Hacía muchos años que no asistía a una
competición motociclista en directo. Recuerdo, en la década de los ochenta, ver
en una población vecina a la mía como Jorge Martínez “Aspar” vencía a Joaquín
Alós “El Gato”, el piloto “number one” de mi pueblo en la época. Al final de la
carrera, el de felino mote atribuía la victoria de “Aspar” – el apodo le viene, tengo entendido, de su
abuelo, que era “aspardenyer”, es decir, en la lengua valenciana, el artesano
que hace alpargatas – a su máquina: un
“pepino” comparada con el “aparato asmático” que él llevaba.
No soy un forofo del motociclismo pero os aseguro que esa mañana lo pasé en grande.
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