sábado, 12 de mayo de 2012

Veinticinco años

Veinticinco años, un cuarto de siglo, toda una vida. Toda una vida porque algo nuevo comenzó ese día en que ambos decidieron compartir su futuro. Dos nuevas vidas que comenzaron y, en su momento, dieron lugar en el mundo a dos más. 



Dos y dos son cuatro, pero no para siempre en el mundo de las personas. Nuevos ciclos de unión y creación descompondrán el resultado en aún más elementos, aunque cada vez menos unidos. Pero en ese constante flujo de la vida hay cosas que no cambian, al igual que el ir y venir de las olas o el movimiento de las nubes no cambia un paisaje. Es una cuestión de que  mantenga lo esencial mientras varíe lo accesorio.

6 comentarios:

  1. Ostras, la sensación de "movimiento" queda perfecta junto con la entrada anterior de Rafa. Cada vez menos unidos a esa línea familiar pero perfectamente unidos a su gran familia; grandioso movimiento.

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  2. Parecería una historia común y corriente, pero en el fondo no lo es. La foto tiene también sus partes esenciales y accesorias... y el espacio del banco previsto para los que quieran venir.

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    1. Es verdad, Rafa, no había reflexionado sobre el por qué de ese espacio, pero creo que tienes toda la razón!

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  3. No deja de ser un pequeño autohomenaje y un modo de verse uno mismo a los ojos de la cámara.

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  4. Bonito autohomenaje :)

    Solo puedo felicitaros!

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  5. Bonita foto y el texto muy entrañable. :)

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