martes, 3 de diciembre de 2013

Amigos son aquellos que se cuidan las espaldas.




Y eso que la amistad puede estar llena de obstáculos. Mantener la amistad es más difícil que mantener el amor. Pero a pesar de las espinas del camino. Siempre hay un lugar para darse la mano. O sentirse en la punta de los dedos.

Carla y Silvia se hicieron amigas casi sin darse cuenta. Pasaron de compañeras de trabajo a compartir confidencias en esos pocos ratos de la máquina del café. Dejaron de competir para ayudarse una a la otra.
Silvia ascendió y Carla se fue a vivir con su novio.
Los siguientes meses nada cambió.
Casi.
Silvia ya no podía contarle todo a Carla. Y alguna vez se sintió incómoda por un exceso de confianza con la, ahora, su subordinada.
Intentaron separar ambos mundos. Verse más fuera del trabajo. Pero Carla estaba muy centrada en su pareja. En los proyectos compartidos entre ambos. Se quedó embarazada y eso la llenó plenamente.
Los mundos de Carla y Silvia se fueron alejando. Se saludaban en la oficina, algún raro café juntas y, cada vez más en watsapp con diálogos cortos.
Un día discutieron. La una cansada de escuchar los progresos del bebe y la otra un tanto hastiada de tanta ambición profesional.
Las pasadas navidades, ya ni se felicitaron.
Pasaron unos años.
Aquella tarde de domingo, Carla no se sentía nada bien. Su matrimonio se había convertido en un infierno. Todo el día discutiendo.
Aquella tarde de domingo, Silvia tomó una decisión. Dejaría la empresa. Tanta ambición y competitividad no la llevaba a ninguna parte. El lunes presentaría la dimisión. Luego ya vería que haría con su vida.

Sin saber muy bien porque, Silvia pulsó la pantalla para llamar a Carla.
- Hola. ¿Que tal todo? Hace mucho que no se nada de ti. Ya no nos vemos... Podríamos quedar para tomar un café juntas.
- ¡Hola! Me encantaría. De verdad.


Fotografía: Rosa Blanco

Texto: Salvador Altimir

1 comentario:

  1. Bravo !! Aunque, estoy decepcionado con la etiqueta "Ficción", parece una historia real, yo he sentido un calor en la punta de los dedos.

    ResponderEliminar