martes, 3 de abril de 2012

Xavier Ferrer: Unas alas olvidadas


Como fotógrafo me suelo fijar bastante en las cosas que me rodean, estoy siempre como el ojo del ciclope observando en todas las direcciones ,necesito mirar y seguir mirando y por si acaso vuelvo a mirar, no se puede escapar nada si llevas la cámara colgando.Me habían pasado muchas cosas, pero nunca como esta. Córdoba las 18 horas y tras una cristalera de un bar vislumbro unas alas sobre una silla, automáticamente doy marcha atrás e intento componer la imagen, Mas adelante mas atrás, un poquito a un lado por el tema de los tercios, los reflejos no me ayudaban demasiado, pero hice cuatro disparos.Cuando emprendí la marcha, salió un señor del bar haciéndome indicaciones para que entrara en el establecimiento. Con cara de extrañeza así lo hice, adentrándome hacia donde se había situado el personaje, que sin hablar, me señalaba las alas que yo acababa de fotografiar.Yo entendí que me preguntaba el porqué de las fotos, seguidamente le expliqué que soy aficionado a la fotografía que las alas tras el cristal me habían llamado la atención , pero yo notaba como al hombre no le interesaban mis explicaciones y seguía señalando con su índice las alas.Dejé de dar explicaciones y le pregunté directamente que pasa con las alas. Al cabo de unos instantes pareció tranquilizarse y me dijo " Se las ha dejado...". Quitándole importancia le contesté que su dueño ya volvería a recogerlas. No dijo, se las ha dejado un ángel después de tomar café.Para un ciudadano escéptico con estas cosas, se dice para si mismo, este tío está zumbado, cojo puerta y me largo antes de que salga la Virgen del servicio y me borre del agnosticismo.Me voy señor, que tengo prisa y me están esperando, que usted lo lleve bien. Salí presuroso buscando la puerta y dirigiendo la última mirada a las alas. Cuando de pronto tropecé con alguien que entraba en el bar, perdón dije no le había visto. No se preocupe me contestó, es que me había dejado las alas, que cabeza la mía y llego tarde a la procesión Se las puso como autentico mochilero y se fue volando hacia el barrio de la judería.El señor me dijo que el ángel no pagó el café.


Xavier Ferrer Chust


5 comentarios:

  1. Pues no sabía yo que los ángeles tomaban café... Estaba del todo convencido que sólo le daban al chocolate a la taza, por aquello de la falta de sexo...

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  2. Desde luego que era para fijarse, pero encima es que la historia es la repera! Alucinante!
    Quizá por ese café no cobrado a un ángel al dueño del bar le cueste menos ganarse el cielo...

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  3. Escribes muy bien,me gusta mucho la historia.
    Isidre cuando he visto tú avatar he pensado por un momento que estaba escribiendo Iñigo Montoya

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  4. Y el día que se encuentren las alas en un piso embargado...la que se puede liar :-D

    Muy chula :-)

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  5. Igual se me ha ido la olla un poco, pero de vez en cuando hay de dejar volar la imaginación

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