A veces me siento fuera de mí misma.
Como en aquellas películas en que en el momento de la muerte el espíritu sale del cuerpo y observa desde arriba cómo los sanitarios intentan reanimar un cuerpo predestinado a quedarse frío en poco tiempo.
Toda mi vida, toda, mi alma ha creído que podría vivir mil vidas, que mi vida real no era la única y que ya haría más adelante, en otra realidad, todo aquello que no podía hacer en ese momento...
Toda mi vida, toda, mi alma ha sospechado que mi edad tiene edades paralelas, que después de esta realidad, mil vidas me están esperando para hacer aquello que hoy no tengo tiempo de disfrutar o experimentar...
Y hace unos años, pocos, mi alma ha descubierto que no.
Aproximadamente a la mitad de mi esperanza de vida, mi espíritu se ha dado cuenta que no, que aquellas cosas que no puedo hacer hoy ya no las podré vivir en otro hoy. Quizá podré hacerlas mañana, pero solo en mi realidad actual. Y si no las hago mañana, ya no las podré vivir nunca.
Mi cabeza se asienta, sube por encima de mi alma y le ordena que vea las cosas con la realidad del pensamiento cerebral (no menos irreal que el anímico, ya lo sé) y mi espíritu se doblega y somete, no sin cierta resistencia...
Pero también disfruto de esa realidad descubierta. Ahora ya sé que hay que vivir cada momento, no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy y sobretodo, sobretodo, hacer que los demás gocen con mi compañía...
Será la manera de asegurarme ver felices a mis seres más queridos y no tan queridos! Será la manera de conseguir mi propia felicidad...
Nota de la autora: Todo parecido con la realidad puede ser pura coincidencia.
Sabina Salicrú
Pero también disfruto de esa realidad descubierta. Ahora ya sé que hay que vivir cada momento, no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy y sobretodo, sobretodo, hacer que los demás gocen con mi compañía...
Será la manera de asegurarme ver felices a mis seres más queridos y no tan queridos! Será la manera de conseguir mi propia felicidad...
Nota de la autora: Todo parecido con la realidad puede ser pura coincidencia.
Sabina Salicrú
Que suerte Sabina! de estar presente en tu realidad, ahora y disfrutar de esto. Un beso
ResponderEliminarNo sé si serán prisas que nos entran cuando vemos que ya no somos tan jóvenes, o fruto de tener más tiempo para pensar en nosotros una vez ya nos hemos estabilizado a nivel laboral y personal, pero esos sentimientos creo que son compartidos por todos los que hemos llegado a la mediana edad. Pica a veces la sensación de caducidad, pero por otro lado nos mueve en momentos en los cuales las energías no son las que eran.
ResponderEliminarTambién me encanta la foto.
Estoy en el mismo momento en mi vida
ResponderEliminarSabina,la foto es fantastica,me encanta
No recuerdo haber pensado alguna vez en el futuro, y con la edad cada vez me acuerdo menos del pasado.
ResponderEliminarLa jubilación me ha dado la oportunidad de manejar a mi antojo las 24 horas de cada día y he comprobado que las 24 de horas de hoy tienen muchos menos minutos que las de mi época laboral, y no te digo nada de las de mi casi olvidada juventud.
Aún así no le dejo tiempo al hastío.
Pobres de los que esperan vivir mejor en el "más allá" pues dejarán de luchar por los suyos en el "más acá".
Sabina, la foto le viene como anillo al dedo a tu reflexión.
A mi me parece aterrador pensar en que se acabe el tiempo; lo jodido es que el terror paraliza y ya es lo que faltaba. Al final lo mejor creo que es ignorarlo en la medida de lo posible.
ResponderEliminarTambién discutía con una amiga sobre la supervivencia como raza que llevamos en nuestros genes y cargamos en nuestra evolución...y curiosamente, haciendo un gran esfuerzo de concentración si que he llegado a la conclusión de que sólo hay una cosa peor que se me acabe el tiempo...que se acabe para todos. Que quede nada!
Carpe diem, que dijo Horacio, amiga Sabina...
ResponderEliminarMuy interesantes vuestros puntos de vista, desde los que os sentís identificados hasta los que nunca lo hubieran pensado :)
ResponderEliminarYo me he encontrado con muchas personas de mi edad a quienes nunca se les había ocurrido nada parecido.
Oscar, creo que cuando se nos acaba el tiempo ya nos debe dar igual que se haya acabado, no? Lo de la supervivencia de la especie (más que de la raza, imagino) creo que lo llevamos, como tú dices, en la memoria genética, que seguro que tiene mucha más memoria de la que nos parece a primera vista. Seguro que Rafa nos puede explicar más cosas sobre ello...
Ana, gracias.
Rosa, ¿has tenido reflexiones similares?
Rodolfo, imagino que reconoces el lugar de la foto, no?
dime ho, ¿de verdad que nunca has pensado en el futuro? No sé si creerte...
:)
Por supuesto que me acuerdo del lugar... Creo que es la mejor foto de las que salieron de allí :-)
Eliminarun texto precioso y para reflexionar
ResponderEliminarPreciosa fusión de texto y fotografía. Felicidades !
ResponderEliminarGracias, Xavier y Carlos, por leerlo :)
ResponderEliminarHum...creo que el futuro ya no es lo que era...
ResponderEliminarEl futuro será, pero también es pasado. Nuestro hoy era antes el mañana :)
EliminarGracias por leerlo, Ángel.